Miguel Angel Ortigoza García

PAÑUELITOS DE ÑANDUTÍ

Con luz de una vela y torrente de estrellas

emerge entre sueños de cinco palomas,

el trozo de espumas, la fogata blanca,

gentil pañuelito que empieza a volar.


Será Ña Presenta o Ña Petronita,

talves Ña Felipa quien lo comprará.

No importa quíen lleve el inmenso tesoro,

es el pañuelito que tejió mamá.


Mañana temprano, de nuevo el dibujo,

la esperanza, el hambre, el frío y la fe;

la escuela, el zapato, un pedazo de carne.

Pañuelito blanco: riqueza de hogar.


¿Qué cuesta, Señora, ese pañuelito?

Su precio es un hombre educado y bueno

que forme familia, que respete a Dios,

que cante a su pueblo y a su ñandutí.


Y otra vez mañana y así cada día

se tejen las penas, la oración y el pan.

Se acaba la vela, se apagan los sueños.

Vuela el pañuelito que tejió mamá.