FRANCISCO CARRILLO

HISTORIAS DE LA VIDA

Ya se despide la noche

y amanece un nuevo dia,

la luz del sol acaricia

el verde manto del monte,

y el susurro de la brisa

hace que se despierte,

la tierra, que esta dormida.

 

Amanece y poco a poco

se pone en marcha la vida,

las flores se desperezan

y se quitan el rocio,

alzando bien la cabeza

y luciendo colorido.

 

El silencio va y se rompe

suavemente por la hierba,

se escucha un leve zumbido

en el centro de las flores,

movidas por las abejas.

 

Es el campo y sus colores

es el agua en la tierra,

es el dibujo que dejan

cuando juntas se restriegan,

y de la mano, pasean

acariciando las piedras.

 

Va avanzando la mañana

y se empiezan a escuchar,

tertulias vegetarianas

discusiones y debates,

que ni siquiera las cañas

quieren dejarlos pasar,

por no andarse por las ramas.

 

Los problemas en el monte

son los mismos que en la vida,

empiezan con discusiones

pero hablando se terminan,

en todas las ocasiones.

 

Si prestamos atencion

oiremos bien lo que dicen,

escucha, no te despistes

a ver quien lleva razon,

y a ver quien terco persiste

en buscar la solucion.

 

A lo lejos se divisan

distinguidas de otras flores,

dos bonitas amapolas

que mecidas por la brisa,

discuten una con otra

y buscan sus soluciones.

 

Si te parece que rosa

entre arbustos, tu naciste,

porque tu tallo engalanas?

y con tus petalos, vistes

la fragancia que derramas.

 

Si la hierba te lo dice

que eres flor mas bien silvestre,

que las rosas son mas altas

y que de espinas careces,

dime, porque te afanas

en querer ser una rosa,

y renunciar a tu nombre

sabiendo que no eres rosa,

que te llaman amapola

y los campos resplandeces.

 

O porque quieres parecerte

a una flor que es de cultivo,

que en los jardines crece

cuando tienes libertad,

de crecer en donde quieres

y sin correr el peligro,

de que te quieran cortar

para hacer un ramillete.

 

En el campo yo naci

y prisionera me encuentro,

quiero formar ese centro

de la mesa de la novia,

quiero colgarme en su pelo

no quiero ser amapola.

 

Y mi tallo en terciopelo

cambiar por espinas quiero,

y tambien cambiar mi aroma

porque naci en otro cuerpo,

porque naci en otra hora,

porque noto que mi sexo

es el de otra persona,

y porque rosa me siento

aunque naciera amapola.

 

He vivido tanto tiempo

engañandome a diario,

que he decidido hacerlo

hoy me salgo del armario,

y acabose el sufrimiento

o el dolor de verme sola

y cambiare al momento,

a rosa, siendo amapola.