Por donde andarás
bella mariposa y fina bailarina,
deja ya de combatir contra los malos vientos
y contra esas noches sin luces ni sueños.
Yo estoy aquí presente
queriendo sentir las cosquillas de tu vuelo
y ser el mantel de tus flores.
Llevarte al parque
y regalarte un vuelo de jilgueros
para verlos reflejados en tus ojos azules.
Y poder confesarte un día
que estas metáforas son versos de fábula
escritos en los viñedos de un alma enamorada,
con el corazón extasiado
transparente e invisible como el eco
pero evidente como el vino,
que quiere una vez más volver a bailar
mejor que antes
en una historia de verdad.