Ame desde mis albores,
con un amor inocente,
sin recibir excedente;
rechazado con temores.
Di abrazos muy sinceros
que recíprocos no fueron
de aquellos que mintieron;
lidie burlas como torero.
Me enamore en demasía
de un color, una sonrisa,
con la rapidez de la brisa
sin reflexionar lo que hacía.
Entregué de lleno pensares,
que vanas sornas suscitaba,
en entornos de pesares.
Perdone sin que supiera;
la soledad es mi jactancia
dónde no entra quien quisiera.