Tu cabeza en mi regazo,
tu... tan insolente como siempre.
Acaricio tus cabellos…
La lluvia moja los cristales,
una tarde muriendo.
Se acabo la magia,
se termino el hechizo,
los verdes estallan,
se apagan,
agonizan los amarillos
entre grises de plata.
Tus ojos se vuelven pardos,
tu sonrisa malévola
me es indiferente
Llega el desenlace
sin estridencias,
tan silencioso…
¡No lo hubiese imaginado así!
Despierto, aun siento tu calor,
las huellas de tus manos en mi piel,
el sabor del último beso en mi boca.
Todavía huelo a ti…
todo el aire huele a ti.
Ya no hay dolor,
el corazón esta seco,
la mente perdida,
el alma destrozada.
Pateo los pedazos
¿Para qué unirlos?
¿Por quién?
Nada vale la pena.
La mar se ha vuelto lluvia que me aprisiona
Ya no respiro, es el final.