En el silencio de la soledad
desnudo a mis penas en letras,
desde mi profunda soledad
te escribo que debes avanzar,
y no porque adelante
haya algo mejor o más fácil,
sino porque es lo natural:
amar también es soltar
para aferrar lo que el todo nos da.
No tengo la vida arreglada,
escribo lo que imagino, lo que deseo,
lo que temo, lo que no olvido;
y aunque esto se olvide luego
será una chispa que quemará el miedo
con el fuego del: puedo.
Mi alma me dice: hazlo Gerson,
un paso más, un miedo menos;
cayendo se aprende a andar.
Tengo en el alma lo que necesito,
una sonrisa cuando llego,
un adiós cuando no soy recibido;
qué rencor puede caber
en un alma que acepta el dolor
como una forma de aprender.