No preciso visitarte en el sepulcro
Donde yacen tus restos terrenales.
Cuando siento deseos de tu presencia
Acudo a tu recuerdo en mis anales.
Y dialogo contigo, con tu esencia
Sintiendo tus caricias maternales.
Y recibo el consuelo a mi tristeza,
Sanando mis dolencias materiales.
Me muestras el espacio que ahora ocupas.
observo la alegría en todo tu ser,
me entusiasmo al verte alegre
y el brillo de tu luz resplandecer.
Espero, Dios permita que yo logre
llegar al paraíso en donde estás,
y poder abrazarte emocionado
y pagarte el cariño que aún me das.
Por eso cuando a diario yo te extraño,
Necesitando un consuelo para mí,
No corro hasta tu tumba desbocado
buscando el remedio a mi sufrir,
ni busco aquel retrato dedicado
que me otorgue la fuerza de vivir,
ni actúo como asceta o ermitaño…
Solo recurro a mis recuerdos de ti.