Henry Benedicto Zuñiga Caal

Relato Ella más de 40 y yo casi de 30

 

 

Una noche de esas cuando por cosas de la vida te sientes trasnochado, salí del cuarto me encontré a una señora en la sala sentaba sola, cruzamos algunas palabras y me dijo quieres una cerveza, acepte la cerveza, conversamos y nos tomamos varias, ya no conté las botellas, sino que me dedique a contarles las pecas y lunares que tenía en su piel, cicatrices que los malos amores habían dejado en ella, llenándola de experiencia.

Me gustan las mujeres mayores, porque ellas saben lo que realmente quieren, te dejan hasta la puerta abierta, y te enseñan el paraíso que todo hombre a mi edad quiere conocer, es explícitamente maravilloso, porque con su vaivén te hacen sentir algo inexplicable, y más excitante es cuando sabes que su marido está por llegar a casa, uno quiere comerse todo tan rápido y a la vez que eso no termine.

 

Una cerveza con buena compañía en esta vida es uno de los placeres que no deben evitarse.