hay un inmenso mar de voces
que acaricio
y que el destino se llevara lejos.
recorro la vieja sombra de la parra
que renace junto a mis recuerdos
y me veo jugando a la rayuela
en el gran patio de ladrillos rojos.
la galeria abierta a cuyo muro trepaba
y el jardin cuyas plantas cultivaban
con paciencia infinita
las manos de mi madre.
y hay un perfume sobre todos los perfumes
que continua grabado a fuego
dentro de mi alma.
el del jazmin del cabo
que en nochebuena
parecia un manto con sus flores blancas.
tambien estaban las azucenas, las violetas,
las alverjillas,
en un derroche de color y magia.
y este dolor que hoy me lacera el pecho.
tiempo que transcurre sin regreso
donde esta aquella niña
que te amaba
soy yo o es otra que me viste
desde un espejo ajeno
a mis fantasmas