Mimetizada
con la hojarasca del otoño,
la belleza decadente
se mueve felina.
En los márgenes
de las revistas,
las tendencias
cambian la moda,
marionetas consumistas.
No somos pianos desafinados,
la imperfección nos define,
la belleza es efímera,
la tenue luz de las velas
la confunde.