Luis Ernesto Hernández Aguirre

MEDIO SIGLO

¿Qué tanto dura una suave lluvia

en el medio del tibio verano?

Un instante apenas

del incesante devenir de los años

que parece nunca cesa.

 

Para el río que fluye liviano

en las claras y eternas riberas,

las gotas son minucia

corriendo en las abiertas y vivas venas

de los caudales en furia.

 

Más para las hierbas pasajeras

que se alzan con astucia 

brotando temprano,

la llovizna dura más que una centuria

y una gota es un chubasco.

 

Sé consciente de la verdad cruda:

Somos simples brotes que temprano

nacemos de la tierra,

y para el ocaso nos hemos marchado

liberando las almenas.

Recuerda que eres brisa del campo

que amanece entre las flores frescas

y con el sol se esfuma,

vas regando y alimentas las praderas

reverdeciendo llanuras.

 

Escucha que eres lluvia ligera

que en breves instantes se diluvia

refrescando los llanos,

y pintando bellamente con premura

lienzos de cielos lejanos.

 

Nunca olvides la crucial cordura

de humilde entender que como humano

eres letra del poema

que se está escribiendo en el poemario

de toda la historia entera.