Cuando la concertina me habla
mi cuerpo tiembla
el llanto resbala
mis mejillas humedecen
¿o acaso es la sensibilidad
bendita la que domina?.
Ese chulesco pasear,
hablando sin hablar
esa insinuación acalorada
de nuestros cuerpos
brilla más que las tormentas
solares o las estrellas
en la oscura
inmensidad de la noche.
Cuando nuestras
manos cogemos
nuestros cuerpos juntamos
acariciándonos, sin deslizar,
acercándonos,
se convierte en electricidad
los pies cansados están.
Siente tu calor y el tuyo
en un microondas está
yo avanzo, tú retrocedes.
Tu cara junto a la mía
oyendo tu palpitar.
tu corazón eclipsado
por el compás.
Salto, brinco, vuelo,
navego por los mares de tu cuerpo,
sudorosa del esfuerzo.
Al abrazarte, tus curvas
son autopistas de ilusión,
se derrama la pasión.
Esa sensualidad bailando,
esos movimientos de las piernas
esa unión acompasada
me lleva por caminos pecaminosos
la lujuria viene a visitarme.
En ese mar de nubes
va envuelto mi corazón
palpita, pierde la razón
salto al vacío
como las cataratas de Iguazú
burbujas de champán
que me derriten el alma
Esa pasión sublime
que sin vergüenza ni pudor
vivimos en esa pista;
la delicada unión de una pareja
y su encantador amigo ,el tango.