Te vi tan sola y sentí que serias única,
aunque llorosa y triste,
tus lágrimas tenían un amargo sabor
que a mí me gustaba.
La vida infame y dolida te perseguía como un karma
así te sentí en tu mirada,
pero vi que tenías ganas
de no rendirte.
Te abracé y te aseguré
que el dolor sería pasajero,
que conmigo ya no llorarías más,
que a la calle solitaria jamás volverías.
La vida es dura y cruel,
por eso estoy aquí,
para acompañarte,
porque también he vivido la tristeza.
Y la he vivido sólo y sin esperanza,
pero al verte a ti
todo ha cambiado,
tu eres la vida y en ti tengo fe.
Contigo sé lo que es un beso,
unas lágrimas correr por las mejillas,
un temblor de manos y labios y ojos,
y una sensación de amor total.
En ti, lo he encontrado,
el amor, la suprema felicidad,
el secreto más importante del ser humano,
el amor, simplemente el amor.