El Ermitaño
Qué envidia del Ermitaño que habita en la quietud de los bosques,
allá entre oyameles y pinos, en donde los rayos del sol llegan callados
Lejos del mundanal ruido, de las miserias y ajeno a sus vanidades;
que lo llevaron a vivir como ermitaño sin rumbo, y sin llevar equipaje
Acompañando a los gnomos y duendes, contándoles sus miserias;
Miserias, dolores y heridas que lo alejaron de riquezas y vanidades
Entre el ramaje de los árboles escuchando el silencio en las noches,
inventando historias de viejas amarguras guardadas en su bagaje;
preguntan los duendes y gnomos: qué esconde viviendo en los bosques
con su equipaje, en que trajo solo dolores, tristes recuerdos, y heridas
En el silencio de sus soledades se escucha su lamento cantar a las aves;
su lamento, una triste canción hablando del abandono a los hombres,
describiendo sus miedos en poemas plenos de magia, vivencias y rimas