Carlos Bequer (seudonimo)
EL ETERNO GIRO
El Eterno Giro de la Rueda
La vida siempre me ha parecido una gran rueda que gira sin parar.
Cuando creemos que avanzamos, tarde o temprano nos damos cuenta que hemos vuelto al mismo punto de salida: La repetición constante de viejos y eternos errores humanos.
Cuando somos jóvenes creemos que las palabras de nuestros padres están desfasadas y no somos capaces de entenderles; y observamos lo que creemos defectos que nosotros no seremos capaces de repetir.
Cuando crecemos y nos convertimos en adultos, no sólo comprendemos perfectamente a nuestros padres, sino que aquellos \"defectos “los volvemos nosotros a repetir...a veces multiplicados por varias veces.
Los niños maltratados con demasiada frecuencia al convertirse en hombres...se trasforman a su vez en maltratadores; el dolor sufrido en sus carnes no les impide causar a su vez el mismo dolor que ellos sufrieron.
Con demasiada frecuencia la víctima se convierte en verdugo de otros.
Y LA RUEDA NO PARA DE GIRAR...
Nos hacen un daño y la prontitud del deseo es devolver ese daño a ser posible multiplicado por el tanto por ciento de nuestro resentimiento.
La violencia se dice que engendra violencia en un torbellino sin fin.
Los pueblos oprimidos se vuelven pueblos opresores.
Las injusticias sufridas en nuestras carnes no sirven de aliciente para no repetirlas nosotros mismos en otras gentes.
Una misma causa le vemos efectos distintos dependiendo si nos afecta personalmente o no...Y dependiendo de eso variaremos nuestra opinión; sin ser capaces de ver las cosas con la debida \"justicia\"
Y SEGUIMOS SIENDO PARTE DEL GIRO DE LA RUEDA Y NO SOMOS CAPACES DE...ROMPER LAS CADENAS QUE NOS ESCLAVIZAN A ESE ETERNO VOLVER AL PUNTO DE PARTIDA.
Aquellos que han intentado concienciar al hombre y hacerles ver de LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER, como el titulo de ese libro; la mayoría de las veces el mundo los ha despreciado y asesinado: JESÚS, GHANDI, M.LUTHER KING...
Y el hombre seguirá lamentándose del mundo y sus errores, sin ser capaces de observar \"el eterno giro de la rueda\" y mucho menos de comprender que en nuestras manos está \"el romper las cadenas” que nos esclavizan a ese giro eterno de la rueda y sus errores.