Mercedes Bou Ibáñez

El abuelo

 

El abuelo

Octavillas
Con el 1º libre, y; aabbccb


Encallecidas las manos
los surcos pueblan su frente.
Sin un sueño que le aliente,
al ocaso ya enturbiada
se dirige su mirada,
ante un silencio callado
que le recuerda el pasado
de una vida resignada.

Añora su juventud,
no justamente de flores,
más bien penas y dolores,
recuerda como un clamor
cuando aun existía ardor
en su cielo de pasiones
y hubo un par de corazones
disputándose su amor.

Se pregunta; ¿fui feliz?
y no sabe la respuesta,
¡si la sabe, no contesta!
Fue su vida un duro tajo,
vida de duro trabajo
para llenarse la cesta,
sin alzar mucho la cresta
ni tiempo para el relajo.

Así la pasó mi abuelo
como tanto y tanto pobre,
peleando por el cobre,
sin tiempo para alegrías
no hubo rosas en sus días,
siempre salvando su nombre
aguantando vivió el hombre
del patrón sus tropelías.

Veo en mí su fiel retrato
si miro a mi alrededor,
pues todo es de igual color
nunca cambiará la cosa
ni hay vida color de rosa,
el rico sigue a lo suyo
y el que nació pa´ capullo
nunca será mariposa.

Mercedes Bou Ibáñez