El amor,
si es amor,
es eterno.
Jamás fenece,
vive por siempre.
Y si carece de suerte,
su huella indeleble,
andará vigente,
nunca ausente.
Su unicidad,
exclusiva melodía,
oda excelsa
de noche y de día.
El amor,
no marchita,
brilla bajo el sol,
es pergola bendita.
El amor, edén vivo
de cada respiro,
de infinitos vestigios,
brindis de vino.