Hay momentos dispersos
A través del espacio y del universo.
No los veo todos porque solo mi mente controlo,
Y no puedo estar en más de un lugar al mismo tiempo,
Únicamente puedo rimar lo que hablan mis ojos,
A veces hermoso, a veces doloroso... siempre valioso.
Inverosímil, que algún minúsculo susurro yo escojo,
Y sí, ya sé que hay oro en todo lo rocoso.
Me causa un humor oscuro y también demente
Que soy un fósforo encendido y bien prendido,
Que olfatea y regatea por una luz fosforescente.
Yo regateo y me la juego por un secreto escondido.
Es delicado sembrarle a la gente una idea tan diferente
Como la que, a mí, el destino me escribió en la frente.
Cederle tu alma al aire y a sus vientos misteriosos,
Y creerle al vapor ostentoso... aunque sea mentiroso.