JAGC

FUE UNA NOCHE DE VERANO

 Fue una noche, hace mucho tiempo, cuando la conocí.

Recuerdo haber estado charlando con ella, largo rato,

acerca de la educación y de la escuela.

La memoria me traslada, en un viajar por el pasado,

a otra noche: el día en que ella cumplía veintiún años.

En aquella inolvidable madrugada,

un trocito de mi corazón se me escapó,

yendo a unirse, como en un sueño irreal,

a su corazón pequeño y leve.

Sabía que estaba viviendo el preámbulo del cariño

y el pensamiento me arrastraba constantemente a su recuerdo. 

Mis primeros versos nacieron con su nombre,

deseaba regalarle algo mío y me pareció

lo más personal  unas pocas estrofas

surgidas con la tinta de la ilusión

y envueltas en la inocencia del amor recién estrenado.

Todo son recuerdos ya,

porque en otra noche nefasta la perdí.

Brilló en la oscuridad de mi ser,

inhaló esperanza a mi alma desesperada,

pero se alejó de mi, y el océano inmenso donde vive el olvido,

absorbió las noches alegres y tristes vividas.

Entre los dos todo nació y murió durante la noche,

y en ella, en el miedo inmenso que la inunda, me encerré.

 Adiós, pues, niña bella, adiós a tus alegres veintiún años,

a tu pelo negro .. adiós, tal vez algún día,

cuando la soledad nos oprima,

lleguen a nosotros, aunque fugazmente,

las dulces horas oscuras de las madrugadas etéreas que reímos.

Mis versos, que nunca leíste,

serán los testigos mudos que defiendan mi cariño ante el futuro,

pero, aún sin ellos,

Dios sabe que te quise con la pureza de un alma enamorada.