La fragilidad de una promesa
que se escondía en el corazón
donde se ocultaba también la belleza
de una interrumpida ilusión.
¿Que quedó después que esa promesa
en el tiempo se perdió?
Solo los vestigios de un romance
que como un sueño se esfumó.
¿Por qué prometimos tanto
si sabíamos que no íbamos a cumplir?
Sin saber no demoramos tanto
en nuestros nobles corazones herir.
Caminos diferentes ahora seguimos,
caminos que nunca se cruzarán;
nos llevarán a otro destino
pues al nuestro decidimos renunciar.
Daniel Escamilla.