el brujo de letziaga

Amor demorado.

Huí de mi pueblo aquel día
Cuándo la esperanza se desvanecía
Por entre las alcantarillas...
Y las escobas barrían..., tantas miserias.

 

Ahora regreso con el péndulo de la melancolía
Como un errabundo desgraciado
Pensando en quedarme
Cuando se destiñe la tardía tarde
De mi viejo diciembre.

 

Veo tejados de otros imperios
¡Cuántas veces mojados y más veces secos!
Escuchando el tumulto de los parias
Entre soles y desesperanzas.

 

Una iglesia con campanario y amplio cielo
Dónde se vistieron los siglos
En el banco de la plaza con los bolsillos vacíos
Y una cruz a cuestas.

 

Piedras labradas con surcos
De sangre y plata
¡Tan desnudas y calladas!
De ecos sordos y llantos no escuchados.

 

Desato eslabones pasados
Qué están imaginando reencuentros románticos
Clandestinos..., furtivos...
Con María del Mar y María Isabel y Maite también
Mientras observo como juegan sus niños
Que podían haber sido míos.

 

-Ahora que recuerdo-

 

Entraré a ver como cantan las cuarenta
Los de la baraja en la taberna..., y tomaré una copa
Y de paso hablaré con la cantinera
Veinte años después
Para comprobar si le dejó alguna secuela
La fuga fullera..., de mi indiferencia.

 

-Estoy pensando-

 

Qué después de tanta vida
Me arrimaré al sol que más cobija
Recobrando el pulso del tiempo
Con ese amor demorado
Que en el pueblo me ha esperado.