¿Quién hubiese pensado
que los días de éste reino
no serían tan incontables
como decían en el pasado
mientras veían al cielo
con la esperanza del bien
perpetuo?
¿Quién de nosotros? Hijos
del noble sol y la madre tierra,
imaginase alguna vez
el fin de sus vidas eternas.
Si aquello que cantaban
los juglares no eran más
que mitos y fantasías.
¿Dónde han vivido entonces
nuestros fieles antepasados?
Yo me alejo de los centros
a donde llega la gente,
yo me pierdo en el bosque
que cada vez es más pequeño,
que se encuentra tan cercado
por lo mismo que antiguamente
la capa verde bordeaba.
Menos mal mis antepasados
no vieron lo que estos ojos,
ni han sentido lo que este cuerpo
ni vivieron esta vida.
…y mientras me quedo
en esta, mi casa desde siempre;
ojala viva bastante
para adorarla en sus días,
ojala no viva tanto
como para verla morir.