Codorniz de vuelo ancho
que batallas esa tempestad,
cultivando morbosas pautas
y sonriendo, a pesar...
Pluma caída que desmayas
surcando atmósferas sin nombre,
tanto falta para tu golpe
mientras tu danza es sublime...
Grito apagado entre vientos de acero,
tan opaco es tu venir,
aun así creo, y aprieto en manos desnudas,
que serás vendaval...
Mancha bonita de un ojo celeste,
tonto niño que preocupas por nada,
sabes quien te habla,
ese dulce espíritu dentro...
Para decirte
que la plena confianza
me llena como magia,
y hace mucho que no sentía
estas ganas de elevarte...
Querido niño débil.
Ya no llores por destinos,
ya no extrañes pasados dorados,
ya mira el cielo, luce hermoso,
blanco como nunca...
Ya alguna nube de algodones tiernos
te cruzarás, y vestirás ese manto de dioses
en una carcajada feliz y divina.
Vivo en corazón,
mi dulce pequeño en vientre,
nado en tremendas ganas
de amar...