Hay un amor que viene
por los genes
que fluye por la yema de los dedos
que aflora en el tono de los ojos
en las formas cuadradas de las manos.
Pinos y abetos verdes del verano
cantos de navidad en el invierno
aquí en mi corazón late el amor
consustanciado con tu tierra
y tus ríos,
con el arco montañoso
y antiguo de los pirineos.
La mirada recorre
el valle del roncal
acariciado por la fina llovizna
y el alma toca en sueños
el esplendor de tu belleza.