Libres, las pestañas de un recuerdo le harán canciones
De lo apócrifo y el gran silencio.
El de majestuosos angeles,
El de miserables olvidos,
Sueños sin ventanas, cayendo entre mis cejas.
Me verán volver, y miles de reyes a la espalda,
Lloviendo, cual jinetes en la estepa,
Venciendo, cuan sacrificio en tierra santa;
Dos horas de gloria entre sus piernas
Y la muerte misma en un absurdo.
Aquella y tantas formas tiene una ausencia.