Carlos Hector Alvarez

Reencuentro

Hoy la vi, aunque envejecida,

estaba dulce como siempre.

los años retrocedieron cuarenta,

cincuenta o tal vez más.

de un solo golpe,

para cuando éramos

el uno para el otro,

en épocas muy felices

donde a nuestro alrededor

todo exhumaba simpatía.

No fue una locura juvenil, apasionada,

fue una relación madura,

donde prevalecía

más el amor, que la pasión.

éramos amigos entrañables.

que terminó en amorosa relación

Fue conocernos en el aula

de una escuelita nocturna

y sentir que una corriente de simpatía

con su manto etéreo nos unía

un momento único, inexplicable

entendible, solo a la luz del amor,

sentimiento que hace fácil lo difícil.

Al verla, agradable como siempre,

la saludé con cortesía.

en sus labios se dibujó una sonrisa,

no estaba sola, y comprendí

que ir más allá, no correspondía

lo nuestro, se fue un día,

una historia como tantas

que merece estar dormida

en la cama del corazón

para ser despertada

cuando nos falte alegría-