Las nubes se anidan, se mezclan
unas duermen en la montaña
otras huyen del mar
la luz y la oscuridad separadas
¡Qué contraste que a mi ojos hieren!
El viento las mueve, las manipula
parece que deambulan errantes
en el cielo plomizo
que las envuelve como un torbellino.
Los pájaros vuelan alocados
como si bailasen en coro
una melodía celestial desconocida
por la mayoría de los humanos.
De pronto, un rayo luminoso.
que se bifurca en el camino
da luz a la grandiosidad del valle
que en tinieblas estaba.
Suena el tambor
con gran estruendo
produce miedo,
como un espantapájaros
en la plantación.
Las nubes lloran,
cántaros que caen sobre
el cristal de mi ventana, resbalan
como las lágrimas por mi cara.
Lenguas de agua corren por las calles
se agolpan en mi entrada, se arremolinan
como los pájaros cuando vuelan alocados
por encima de la colina.
Ha llegado la tormenta
tan escandalosa, tan necesaria
pero no viertas toda tu furia
Solo una poquita para refrescarnos,
en esta sequía
que el alma nos tiene marchita.