Los charcos de mi isla
encierran soles,
y envuelven espejismos,
entonan sones.
Se llenan con susurros
de las canciones,
de lavas milenarias,
de los amores.
Los charcos de mi isla
siempre me miran
con ojos de luciérnagas
encendidas,
de brujas y de hogueras
en las salinas,
de noches de San Juan,
de amanecidas…