Cuantas veces he querido escapar de la nostalgia
que no reconoce ni distancias, ni el paso del tiempo.
Cuantas veces quede desbordado por mis lágrimas
que cayeron dolidas en los brazos del silencio.
Cuantas veces trate de despertar a esa luna lejana
para que me viera sepultar a mis pobres deseos,
cuantas veces he tratado de curar a mi alma
después de oír: ¡Adiós ya no te quiero!
Cuantas veces prometí no decir esas palabras
tristes como un ave que ya perdió su vuelo,
cuantas veces pase del todo a no tener nada
como esa flor cuyos pétalos los arranco el viento.
Cuantas veces vi no emerger a la esperanza
pero si vi a mi sombra partir con un último beso,
cuantas veces vi a mi vida en su dolor desconsolada
y a la par de mí ya sin ella, he visto morir a mis versos...