Albricias
Movido por un alma regia y buena
me acerco yo a la fuente de la vida,
en ella encuentro Paz y Luz florida,
que sacia mis deseos y me llena...
me llena de esperanza que es serena
el dulce mandamiento de panida;
y siento que alimenta, distinguida
la voz de la palabra que se estrena.
Y haciendo un ruego grato y necesario,
elevo con firmeza la mirada
a ti, Señor del cielo, legendario.
Por toda aquella sangre derramada,
yo quiero ser la brasa en tu incensario:
pues tengo el alma lista y preparada.
Samuel Dixon