Si miraras desde lo más alto,
desde la dimensión verdadera
del más puro y franco sentimiento;
si desde el capitel de la conciencia
tus ojos me vieran por dentro,
entenderias el porqué del silencio,
ese silencio agreste que se esconde
en las entrañas del pensamiento.
Si con la luz de tu profunda mirada
penetraras un instante mis poros,
a través de mi piel de Cordillera y
navegaras la cuenca de mis venas,
cuesta arriba su liquido escarlata,
encontrarías las razones del callar
ese callar que dice lo que se siente
cuando no se puede dejar de amar.