Vuelan las horas y los días se van.
¿A donde? de donde ya no vendrán.
Son como neblina:
Aparecen y desaparecen.
Yo sigo quieto, como que no las veo venir.
Pero no puedo ignorarlas por que me atropellan;
pasan sobre mi en silencio,
y dejan en mi piel sus huellas.
Tiempo disfrazado en los minutos,
imperceptible aun en los segundos;
Llevando los dos el mismo rumbo.
¡Tan pequeños y tan poderosos!
Cada poro de mi piel los absorbe.
Soy alfombra a sus pisadas.
Soy su salida, pero tambien su entrada.
cada segundo tiene que pasar por mi piel.
Tiempo, parte de mi,
y yo parte del tiempo.
Somos amigos, somos hermanos,
somos mano y cayado.
Autor: Bernardo Arzate Benítez