MI ESENCIA , ENTRE EL AMOR Y EL PERDON
Puño 169
En el cobijo de mis abuelos fui concebido,
De mi madre solo guardo el inicio de mi historia.
Palabras que nunca pronunció, sentimiento perdido,
Un abismo de lamentos, una vida llena de melancolía.
El viento susurra el eco de su ausencia,
Como un suspiro que se desvanece en el aire.
El dolor, un río que fluye sin clemencia,
Arrasando todo a su paso, con un desaire.
En el jardín de mi corazón, florece el resentimiento,
Una planta espinosa que se aferra a mis pensamientos.
Pero en medio de la oscuridad, encuentro el aliento,
La comprensión que me lleva a soltar los lamentos.
Mi hermana, un rayo de luz en la penumbra,
Aunque no comparta mi apellido, lleva mi esencia pura.
En sus ojos veo reflejada nuestra historia conjunta,
Un lazo fuerte, perdura en la distancia segura.
Madre, tus hijos somos flores de dos jardines,
Cada uno con su propio color y fragancia.
A pesar del dolor y las heridas antiguas,
El amor persiste, como una llama en la distancia.
En el lienzo de la vida, pintamos nuestra historia,
Con pinceladas de dolor y esperanza entrelazadas.
Aprendiendo a perdonar, a sanar cada memoria,
Y encontrar la paz en medio de las batallas libradas.
Autor: LUÍS ∆P∆Z∆ H. Alías: Corazón Bardo
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