Ya no te llegan cartas
ni hay zapatitos viejos
en la ventana, Santa;
ya no has venido
más por mi alero.
Los niños se han ido
y alguien quizá más lejos
que tu Polo Norte,
dejando para siempre
nieve y frío
en toda Navidad
en mi corazón
y en la ventana…
Bolívar Delgado Arce