Ya superan 19 mil los fallecidos en Gaza.
Si todavía queda algo dentro de nosotros
les regalaremos un silencio o un grito de impotencia
y preguntaremos otra vez por qué la humanidad «ha dicho basta»
a los sueños y a la vida
y «ha echado a andar»
hacia el abismo.
Si la inteligencia artificial no ha sustituido nuestro corazón pensaremos en el dolor de las familias ¿Pero alguien le ha dedicado un segundo a los encargados de contar las víctimas?
Solo ellos conocen una matemática donde la hoja son ruinas y cada trazo del lápiz dibuja un grafiti de sangre, donde los propios matemáticos pueden convertirse en variables de la ecuación del desastre.