No soy bueno ni malo,
ni más tonto o más listo
que otros tantos andantes
por las calles sin rumbo…
Nada tengo en mi alforja
que guardar para Estigia,
me arrepiento a diario
y recaigo en lo mismo
cada vez que apareces…
¿Por qué tienes las manos
como sílfides blancas
que refulgen ardientes
en la noche sin rumbo?
¿Buscas algo en mi mundo
o es que el mundo
te puso para horadar
mi mente como raudo
martillo? Ni lo sé ni lo intuyo…
Sigo envuelto en la bruma
observando el abismo
y escuchando en silencio
tus palabras ardientes,
y sintiendo en las tardes
tu respuesta ferviente…
To be continued...