Mi mente se la juega
cada vez que tú te vuelves
sin saber ya ni estrategias
para hacer del mundo un fuerte
en el que se queden los que reinan
concediéndose poderes
que no merece algún cualquiera.
Todo es porque sea breve
la tortura a que me lleves
cuando atrás se comprometen
a indicarme mal la senda
los de antaño incompetentes
y que aún ahora se superan
con la frente a toda mecha
abriendo un cauce por mis venas
hacia el más temido oasis
que en su paz se considera
así sin más desastres
de los que ya pronto me llegan...