Me gustan las minúsculas
pequeñas, cotidianas,
cercanas en su uso,
humildes y discretas,
ligeras y livianas
y nada exageradas.
Ni engreídas ni elevadas
en carteles luminosos.
Ni eminentes ni abultadas,
laboriosas, revoltosas,
acostumbradas hermanas
compañeras tutoriales
de la caligrafía escolar,
vocales y consonantes
con que yo aprendí a soñar.
Y así es mi vida
letra pequeña como tú
letra ligera escrita
en un cuaderno de arena.