José Valverde Yuste

JARDIN DE LA PASIÓN

Hoy pasé por el jardín de la pasión

los caracoles tenían los cuernos 

tiesos mirando al sol, las almejas

su vulva abierta esperando la ocasión.

 

Los prados verdes 

aceleraban la construcción 

de camas redondas, tupidas, 

con hermoso olor

las sirenas con su piel de melocotón, 

sus melones al aire

tersas sus semillas 

por la secreción.

 

Los lagos llenos de efusión 

de tanto jugo vertido con sueños

repletos de cariño y amor.

 

Las mariposas, celosas revoloteaban, 

presumidas, coquetas

dando aire a los comensales 

de tan maravillosa fiesta,

de armonía y sudores.

 

El clavel, envidiaba al lirio

al ver que era penetrado,

por una abeja en la vagina de su pistilo

para insertar, polen, su delicioso néctar.

 

Previamente lo había succionado

con su delicado pico 

de los estambres, sus pistilos, 

sabroso manjar que supera al caviar.

 

Los ríos aumentaban su caudal 

porque más flores e insectos 

se unían a la gran bacanal. 

Convirtiéndose en Sodoma y Gomorra actual.

 

Todas estas cosas soñé una vez

cuando creía, que la excitación sexual

era la máxima expresión 

del placer, en el jardín del amor.