el brujo de letziaga

Venecia.

Los versos de los juglares
se recitaban entre violines y antifaces.

 

Saltaban risas en los labios de fiesta
de los amantes de Venecia.

 

Los deseos se entrecruzaban en telegramas
por los puentes de las antorchas.

 

Los gondoleros por los canales de las utopías
cantaban melodiosamente sus barcarolas.

 

Estaba escrito en el poema
Que el agua y el amor sujetarían la belleza
Y solo el tiempo hundiría Venecia.