He sacado las figuras
para montar el belén,
que sorpresa me lleve
pues se rompieron algunas,
y de nuevo las guarde.
He pensado como hacerlo
y poderlo completar,
e cojido algun muñeco
de esos que suelo jugar,
y pensare como hacerlo.
De momento en el portal
coloco mi fiel bombero,
pues se ha roto Bartasar
y el angel, que arriba esta,
lo cambie por un torero.
Los camellos de los reyes
no se han podido salvar,
ahora pongo en su lugar
los payasos de la tele,
y al pobre de san José
lo sustituye popeye.
La virgen si se ha salvado
y el niño, dormido esta,
me ha quedado algún romano
y otros vuelvo a guardar,
por esos daños causados.
Herodes muy mal esta
y su cabeza he perdido,
con pegamento le he unido
la cara de un esquimal,
y en su trono, lo he metido.
Los pistoleros del fuerte
son ahora los pastores,
y utilizo mis aviones
como la estrella de oriente,
pues son también plateados.
El molino se me ha roto
y las aspas, se han doblado,
en ellas he colocado
mis coches con sus pilotos,
el belen, esta montado.
Con el trajín y el ruido
el niño se ha despertado,
al mirarlo, se ha extrañado
y después ha sonreído,
de ver el belen cambiado.
La virgen, no lo comprende
viendo al niño, como ríe,
San José, era popeye
y un bombero con los reyes,
se le había aparecido.
Pero el niño y su risa
hizo que lo entendiera,
no hizo falta que pusiera
todos los años lo mismo,
esa era la verdad.
No es importante el vestido
ni la apariencia, lo es,
para montar un belen
solamente hay que sentirlo,
eso es la navidad.