Quizás un día te vaya a visitar
vestida de rosa o de naranja.
O quizás decida usar el vestido
negro con lucecitas blancas.
Quizás solo dibuje mi rostro
en alguna nube.
O ponga mi presencia en
una simple canción.
En un perfume que supondrías
que usaría.
O en aquella brisa que te acaricia suavemente sin que te des cuenta.
Sería mucho atrevimiento llegar
con la luna y colarme por la
cortina y darte un beso.
Uno aunque sea.
Aquel que nunca te podré dar
en realidad.