jvnavarro

LA NAVIDAD COMO OBJETIVO

Siempre habrá en nuestras vidas
una Navidad pendiente,
tengamos por seguro
que nos iremos sin ella
por mucho 
que los dientes apretemos.
 
Se marchó aquel tren
que partió de una estación
camino del recorrido
que de costumbre hacía,
y nosotros de la misma forma
nos iremos,
con aquello que nos es propio
y por ello nuestro.
 
En una maleta
para ese trayecto
 llevaremos dentro,
lo que fuimos y soñamos,
 todos los anhelos,
y figuras de un nacimiento
como recuerdo eterno.
 
Desde siempre, yo me lo creo,
 la Navidad que irrumpe
en nuestras casas de lleno
es la que más y la que más
nos dice,
ya en mi árbol de Navidad
resplandecen
todos sus ornamentales elementos,
que la hacen brillar
como si fuera
un pequeño firmamento.
de luceros
y esta fuera su puesta de largo
en señal de agradecimiento.
 
El belén que yo quiero
 en un armario espera
a que llegue corriendo
quien juega con las figuras,
para colocarlas a su gusto
en un rincón de la casa
ideado para ello,
 
y reconstruyendo,
sin más arquitectura
que la ilusión y los sentimientos,
un lugar al que llamar Belén
y en él un pesebre y unas montañas
y un río
y una fauna y flora,
y allí dentro,
 
y con ello
los patos y las gallinas,
las vacas y los corderos,
 la mula 
y  los camellos
 los Reyes Magos,
 los pajes,
la Sagrada Familia,
 los pastores y labradores,
 el caganer y las lavanderas,
 el hornero,
y el herrero,
 
y por allí el río,
con su corriente de agua
corriendo,
 
y ya la nieve
como si fuera harina,
 unos espacios invadiendo,
 
y por allí cerca
el palacio del rey Herodes
y un molino
y una estrella
y si faltará algo,
ya sea esto la paja
o el oro, o el carbón o la mirra,
que solo sea
eso,
 
pero que nunca falte
sería un gran desconsuelo,
la ilusión en los ojos de los niños,
pues solo ellos
 son capaces de ver,
aquellas cosas de las que nosotros
muchas veces 
recelamos por completo,
sin entender que la magia existe
y se puede jugar con ella
con solo extender los dedos.