Seguramente nadie me advirtió
que esta vida es oposición,
que cuando más se quiere
más las puertas se cierran,
o quizá solo es un chiste cruel
una observación exagerada,
pero lo cierto es
que hoy todo pareciera huir
escurriéndose en grietas
y tragándose mis deseos.
Y sin embargo sigo queriendo,
sigo esperando,
buscando perpetuamente
tanto quiero porque nada tengo
y aunque la vida se haga cascada,
la brisa traidora contra la espalda
con un par de abandonos en la chaqueta
perfumes de indiferencia
por un par de años.
Y sigo queriendo,
sigo esperando,
aunque la vida se haga pequeña
se construya un ataud
clavándose de a poco
un confinamiento en libertad
un miserable ahogo
para dibujar una sonrisa vaga
en esos fantasmas que rodean.
Y sigo queriendo,
sigo esperando,
inventándome y destruyéndome
golpeando la cabeza
implotando por una chance
de plantarle cara a esta vida
y pedir lo imposible.