Necesito decirte que te amo,
que preciso tu voz y tu mirada,
y que tiembla mi alma, enamorada,
cada vez que te busco y que te llamo.
Es un verso y gemido, que reclamo,
una luz y una estrella ilusionada,
que palpite escuchando mi llamada
y que sienta el poema que declamo.
Para ti son mis versos sin alardes
y lo son en la noche y en el día,
porque tú eres el néctar de mi rosa.
Yo quisiera saber que en estas tardes
de mis letras recibes poesía,
porque es lo que siento, mariposa.
Y te amo en la tarde y en la noche
porque tú de mi alma eres su broche.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/12/23