El
tiempo gira
de un modo dialéctico,
y en su andar acelerado rasga
vertiginosa la indivisible vida.
En sigilo, paso de una región a otra
desencadenando hechos del espacio-tiempo.
Sin ninguna convicción, alucino sobre el destino,
atosigado por los golpes y las dudas del porvenir.
Inseguro, cargo a mi espalda una caparazón.
Sin tiempo concreto, subsisto apenas
con mis escuálidas emociones.
A la luz de planes rotos,
vivo en trazos cercado
por vigilantes
del tictac,
y vigías
marchi
tos.