Zurcido por los hilos de tu amor
mi corazón respira nueva vida,
y donde antes había abierta herida
hoy se asoma brillante resplandor.
¿Cómo un pequeño haz pudo dar calor
a mi Alma pusilánime y vencida?
Tienes sin duda gloria merecida
y palabras melosas ¡Oh Señor!
En el silencio puedo oír los cantos
de pájaros que anidan en mi Ser;
sus coloridas plumas son encantos
para poemas que están por nacer.
Digo: que si hoy se fueron los quebrantos
ha sido por tu amor y gran querer.
W.M®