No habrá un misero día
que por mi melancolía no pase tu recuerdo...
Vacía está mi alma y mi tristeza
en buscar tu voz resonando en mis silencios.
Te pertenezco hoy, mañana y siempre
mientras mi vida siga deambulando en el universo...
No entiendo de distancias,
menos comprendo de ausencias
ni de la muerte que te arranco cuando mas estoy queriendo.
Huérfano de ti, estoy temblando
quizás sintiendo una vez más el invasivo miedo
de arrastrarme en las dibujadas huellas
donde al faltarme tu presencia
soy como una hoja caída en manos del viento.
Duele el ritmo de un reloj
que le está dando cuerda al tiempo,
no me siento orgulloso de poder respirar
de tener aún vida en mi corazón
si sé que dentro de mí lentamente voy muriendo.
Un aire extraño siempre me envuelve
para darle una densidad a la atmósfera
donde nace todo mi febril desconsuelo...
Aquí, solo y sin ti
caminando a la par de una sombra
que une en mis manos tus dedos.
Ignoro si algo de ti está conmigo
pero cuando vuelvo al ayer soy algo más que un pasajero,
soy como el pétalo de una flor
una mitad de aquella historia de amor
¡Amor que conmigo muere en cada letra de mi verso!
Nada es falso, todo es parte de una realidad
donde la luz le dio paso a la oscuridad
para que mueran en paz todos mis sentimientos...
Tu retorno es el brillo de una estrella lejana
y en mí el embrujo de amarte en el medio de la nada
porque sin ti yo estoy en medio de un desierto.
¡Te amo! Grito lo que me desborda dentro.
Sufro al no poder besarte, al no poder mirarte
al viajar a la pasión remota de nuestro último beso.
Imposible me es razonar lo que sin razón
es un puñal clavado dentro de mi corazón,
corazón que solo empuja mi sangre y su veneno.
Tu vida se ha llevado a mi vida
y solo soy la misera parte de un misterio
donde busco prolongarme tratando de alcanzarte
para que contigo quieras llevarme
y sientas la compasión que amarte así
ante tanta desolación todo en mi es sufrimiento...