Espero tener la fuerza
para caminar a tu encuentro.
Abrir los brazos para siempre
poder abrazarte muy fuerte.
Tener buen oído para escuchar
atenta todas tus cosas.
Que tu voz siga endulzando
mi corazón como la primera vez
que oí tu llanto.
Deseo estar para darte una nueva bienvenida.
Aunque tú siempre vives aquí,
en mi mente y en mi corazón.
Quiero poder tener las palabras
correctas para darte consuelo.
Ayudarte en lo que necesites
y mientras yo pueda.
Yo deseo siempre lo mejor para ti, felicidad, salud y mucho amor.
Sabes que mi puerta
nunca estará cerrada.
Podrás regresar cuando quieras
aquí, a éste tu primer hogar,
tu refugio perfecto.
Donde encontrarás comprensión
ánimo y consejo.
Donde espero estar por si vuelves para quedarte o si solo deseas venir a visitar.
Sabes que si las cosas no salen por algo será.
Vendrán tiempos mejores.
Porque también como las rachas
buenas se van y nos lamentamos.
Las malas también se terminan por ir y entonces vamos a festejar.