Desde el aula puedo ver
los problemas colectivos,
para darles solución
mediante planes distintos.
Es un espacio de luz
que llena el alma de brío,
que nos abre el intelecto,
el corazón, los sentidos;
para poder adquirir
saber significativo.
Desde el aula puedo alzar
la bandera del civismo,
de la paz, la convivencia,
desechando los prejuicios.
Es un contexto de amor
donde se forman amigos
que comparten la añoranza
de un futuro esclarecido
en que sean convergentes
nuestros logros y caminos.